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Wreath22.jpgEsta semana iniciamos el Adviento y con él, un año litúrgico nuevo. Adviento significa “venida” y la Iglesia nos invita a iniciar el año estando a la expectativa, esperando la venida de Cristo, pues Él nos prometió que volvería. Vemos que el color morado empieza a engalanar los templos, la música en la Misa es más sobria e incluso dejamos de entonar el canto del Gloria. Pero ¿qué actitudes nuestras demuestran a los demás que estamos a la espera?

Cuando esperamos la visita de un familiar o de un amigo, nos ponemos en acción y barremos la casa, la limpiamos y ponemos todo en orden. Aún más, si nuestro invitado va a pasar la noche, le preparamos una habitación y nos aseguramos de que tenga todo lo que necesita. Pues bien, quien viene es Cristo y nuestra casa es nuestro corazón, ¡preparémonos para recibirlo! 

Este año, quizás vivamos el Adviento de manera diferente debido al COVID-19, pero quizás también la pandemia haya hecho crecer en nosotros la virtud de la esperanza. Por estas razones, Catholic Relief Services (CRS) ha creado dos recursos digitales para ayudar a las comunidades y familias a compartir el significado del Adviento. El Calendario de Adviento de CRS (disponible en inglés) es un calendario digital que contiene pasajes bíblicos, citas e imágenes llenas de esperanza. Es una manera de animar a las personas a tomar un descanso del bullicio y el ajetreo de cada día para rezar y escuchar el llamado a prepararnos para la venida de Cristo y reflexionar sobre las necesidades de nuestra familia humana.

Asimismo, la Oración con la Corona de Adviento es una guía semanal para acompañar el momento de encender las velas de la corona convirtiéndolo en un momento de meditación. La Oración con la Corona de Adviento incluye oraciones e historias personales de diversas partes del mundo que nos ayudan a reflexionar sobre la presencia de Cristo entre los pobres a la luz de las Escrituras y las palabras del Papa Francisco.

En CRS reconocemos que el Adviento es un tiempo propicio para abrir nuestro corazón a Jesús brindando una ayuda real a los más necesitados. Así lo hizo la Virgen María, a quien celebramos durante el Adviento con la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, patrona de los Estados Unidos, y la Fiesta de la Virgen de Guadalupe, Emperatriz de las Américas. De María, Nuestra Madre, aprendemos a decir a la voluntad de Dios y a ponernos al servicio de los demás. Al igual que ella, Juan el Bautista nos acompaña en nuestra jornada de Adviento exhortándonos no sólo a esperar a Cristo, sino a hacerle un espacio en nuestro interior pues conviene que Él crezca y nosotros disminuyamos.

Por eso, tanto en el Calendario de Adviento de CRS como en la Oración con la Corona de Adviento buscamos resaltar el aspecto global de nuestra familia humana, pues para realmente recibir a Cristo debemos empezar por acoger, asistir y acompañar a nuestros hermanos y soñar “como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos” (Papa Francisco, Fratelli Tutti, 8).

Aún más, nuestro Adviento no debe ser una espera pasiva sino una espera atenta que nos disponga a salir al encuentro de Cristo que viene a nosotros. Isaías, un tercer personaje del Adviento nos lo demanda: “Preparen el camino del Señor. Las quebradas serán rellenadas y los montes y cerros allanados. Lo torcido será enderezado, y serán suavizadas las asperezas de los caminos” (Isaías 40:3-4). Un pasaje que podríamos reemplazar por: “Preparen el camino del Señor. Las personas con hambre serán saciadas, y la dignidad de todos quienes son descartados será respetada. Los sistemas sociales serán justos y las heridas serán sanadas por la paz de Nuestro Señor”. ¡Y para que esto suceda debemos ponernos en camino!

Debemos esperar despiertos y estar alertas, pues si estamos distraídos con las cosas materiales o pasajeras, podríamos dejar pasar de largo a Jesús sin reconocerlo, sin verlo más allá del pesebre. En nuestras posadas o fiestas navideñas, podríamos no escuchar el llamado a nuestra puerta de tantos peregrinos que, al igual que la Sagrada Familia, vienen rendidos buscando descanso.

Es hora de salir al encuentro de Cristo con la práctica de las buenas obras, prestando atención especial a los pobres, a los marginados, a los migrantes y a los refugiados. Preocupémonos por los que tienen hambre o sufren injusticias y hagamos algo concreto para aliviar tanto dolor. ¡Valoremos las cosas de la tierra poniendo nuestro corazón en las del cielo!

Haz, Señor, que podamos reconocerte en nuestros hermanos

y poder amarlos para recibir con ánimos renovados e inmensa alegría

tu salvación y sanación a los corazones quebrantados de nuestros días. Amén.
 

CRS201734529_Adventblog2.jpgMarimar Trejo es una Productora de Contenido para Catholic Relief Services. Se enfoca en campañas temáticas para invitar a católicos y personas de buena voluntad en los Estados Unidos a apoyar el trabajo de CRS en todo el mundo.

 

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